Todos y todas somos diferentes. Cada persona tenemos una sexualidad única y por eso, lo que nos parece sexy, las cosas que “nos ponen”, las maneras de acariciar o de besar, las preferencias en el “Ars Amandi”…, varían de unos individuos a otros.
Por eso, una de las ventajas de las relaciones de pareja, es la posibilidad que se tiene de ir conociéndose y compenetrándose, de ir entendiéndose. Aunque es cierto que con el paso del tiempo la ventaja, se puede convertir en desventaja, a no ser que se trabaje para no caer en la monotonía y vencer la rutina.
Sin embargo, aquello que aprendemos que gusta o desagrada a una persona, puede que no sea válido con otras…o que sí lo sea. Entonces, ¿cómo acertar en los primeros contactos eróticos con otras personas?
Las personas que no tienen pareja y buscan encuentros eróticos, las que terminan con su relación de pareja después de haber vivido la fidelidad y vuelven a “ponerse en el mercado”, o las que teniendo pareja, pactan la posibilidad de tener relaciones con otras personas, todas ellas se enfrentan a una situación especial cuando consiguen un “ligue nuevo”.
Cuando es la primera vez que vamos a intimar con alguien pueden aparecernos algunos miedos e inseguridades, o también pueden no aparecer. Así podemos ver diferencias en la manera de sentirse:
Me gusta mi cuerpo, le va a gustar / Me va a ver los michelines.
El tamaño no tiene porque importarle / La tengo pequeña, igual no es suficiente.
Me gustan mis pechos / Le va a parecer que las tengo demasiado grandes.
El vello es bello / Tengo mucho pelo en el cuerpo.
Voy dejarme llevar y a disfrutar/ No voy a estar a la altura.
Además de una autoestima alta, una de las claves, es tener claro que cada persona es responsable de su propio placer. Para poder satisfacer a otra persona de la que no tienes datos íntimos, es necesario comunicarse bien y colaborar. Por eso conviene desarrollar habilidades para entender los mensajes o deseos que nos mandan y para comunicar los nuestros, (ya sea con lenguaje verbal o no verbal).
Una actitud positiva, actuando con tranquilidad y respeto, cuidando detalles de aspecto físico y amabilidad, pueden ayudar a que esos primeros encuentros sean de mayor calidad.
Si nos ponemos un objetivo sencillo como “disfrutar del placer erótico compartido”, es más fácil que tengamos éxito que si nos ponemos objetivos más concretos como “Meterla”, “Tener un multiorgasmo”, “Aguantar muchos minutos sin correrse”, o “Echar 5 polvos en 2 horas”…
Saborear cada piropo, cada beso y cada caricia, comunicarse bien, explorar, y estar dispuesta/o a poner de tu parte, en ese intento de pasar una velada agradable en compañía, son factores que pueden favorecer un ligue placentero.
Fernando Alonso
Experto Universitario en Sexualidad Humana.
Máster en Promoción de la salud sexual.
Miembro de la AES www.aes-sexologia.com
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